22 octubre 2024

El peronismo entrerriano y la brújula del capitán Jack Sparrow

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César Protti /Opinión política

Hace uno días se realizó un encuentro de dirigentes peronistas en un sindicato ubicado en callen Colón en Paraná. Fuentes allegadas a aquel comentaron que lo destacado no fue la discusión política sino más bien la ausencia de discusión política. El dato que le puso condimento a la reunión fue que la centralidad de la conversación fue el asado, el buen vino que degustaron y las posibles candidaturas para las elecciones de diputado nacionales.

Cualquier intento de construir un proyecto político tiene como lógica la discusión del marco actual, de lo general a lo particular solía decir Juan Domingo Perón para centrar la discusión de la realidad política. Hoy la ausencia de política y sobre todo de empatía se ve reflejada de manera brutal. Diputados y senadores esta preocupados por ver cómo acomodan sus mezquinos intereses y poco les preocupa lo que sucede fuera de sus cómodos despachos. Fuera de aquella comodidad están los contenedores de basura que son revueltos continuamente por personas que buscan algo que comer.

En el actual escenario, las bases del peronismo entrerriano están desacopladas de su dirigencia. Esto es tan así que hoy el peronismo tiene en el Concejo Deliberante de Paraná a concejales que asumieron por su “militancia” sindical representando a los trabajadores pero una vez en el cargo, levantan la mano para aumentar el boleto de transporte con los que se mueven sus representados. Lo peor de todo es que la excusa es siempre la misma: “¡No tenemos otra forma!”. La respuesta a simple vista muestra la deriva intelectual y la falta de compromiso con la base que dice representar.

Un peronismo sueco
Öregrun es el archipiélago más grande del mundo. Está en Suecia y tiene alrededor de 9.700 islas. La comparación con el peronismo no es caprichosa. El peronismo es un archipiélago tan grande y las “islas” que lo componen expresan intereses tan antagónico que resulta casi imposible construir puentes -básicamente los puentes unen lo que la naturaleza no puede unir-, porque algunas acciones terminan siendo insalvables.

La gestión del actual gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, de Juntos por Entre Ríos, es la continuidad positiva del gobierno pasatista y tibio del ex gobernador ¿peronista? Gustavo Bordet. Se destaca por la preocupación por la imagen de la gestión. Mucha cámara y mucha publicidad pero poca acción. De manual. Las reuniones con diversos sectores de la sociedad para la foto, la obra pública que siempre está por arrancar, los sindicatos que acuerdan la pauta salarial y cuando hacen los números se dan cuenta que le dieron un chupetín de madera, todo es una gran puesta en escena digitalizadas por los 011, como se llama a los porteños que manejan la comunicación del gobierno entrerriano.

Todo lo antes descripto ocurre bajo la mirada extraviada de un peronismo provincial que sigue en estado de coma; un coma etílico donde sus dirigentes piensan que están en Suecia, sin comprender que el paradigma del Estado de Bienestar como modelo de país, se rompió por la violencia armada; por el narcotráfico, fuente de trabajo para un sinfín de personas que cada día son expulsada a la marginalidad más inhumana y oscura; y por la falta de respuestas de dirigencias que no cumplieron con lo que le prometieron a la sociedad, agrandando la distancia que separa a los ciudadanos de sus dirigentes. Y esto en el peronismo es suicida. No solo para el movimiento sino para la sociedad.

Como dice una vieja canción de 1969 interpretada por los Olimareños, “el mango vaya soltado ya no existe la sartén”. El que avisa no traiciona. Y sí… la brújula que no tiene norte.

Fuente:https://inforegioncentro.com.ar/

La Yunta

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