Sin cine argentino, por decreto.
El Decreto 662/24 firmado por el presidente Javier Milei ataca ferozmente a la Industria audiovisual y cinematográfica de nuestro país.
La comunidad audiovisual rechaza rotundamente el Decreto 662/24 firmado por el presidente Javier Milei que reglamenta la Ley de Cine yendo en contra de sus pilares fundamentales para el crecimiento de una Industria audiovisual y cinematográfica en nuestro país. Este decreto va contra los fondos destinados para la producción de películas y contra un derecho importantísimo para toda la sociedad, como es el tener una cuota de pantalla que permite que las películas argentinas tengan espacio de exhibición en las salas de todo el país.
Esta medida se suma a las ya realizadas por la gestión de Carlos Pirovano, actual presidente del INCAA, quien ha demostrado un desprecio a toda la actividad audiovisual llevando adelante despidos de trabajadores, cierres de programas comunitarios, recortes en los recursos destinados para las provincias como así también la suspensión del actual plan de fomento: interrumpió recursos para los rodajes de películas, cerró la posibilidad de presentar proyectos y devolvió a sus presentantes los proyectos aprobados por comités de evaluación. También dinamitó la principal ventana al mundo de la producción y la distribución que nos brindaba el mercado Ventana Sur (el más importante de América Latina) y prepara un Festival Internacional de Cine de Mar del Plata cuyo único “mérito” es su producción con fondos privados. Todo esto con el agravante de desoír las resoluciones votadas en la Asamblea Federal, órgano de co-gobierno del INCAA, que se ha manifestado por mayoría en contra de estas medidas que destruyen el fomento a la actividad audiovisual en todo el país.
Los argumentos anclados en la necesidad de orden, saneamiento y déficit cero, son una falacia que esconde los verdaderos intereses de este gobierno: aniquilar el pensamiento crítico, a la construcción de una identidad nacional diversa, el registro de los acontecimientos de esta época, y borrar nuestra memoria como país. Por este motivo, nos oponemos a este plan sistemático contra las expresiones de la cultura nacional que busca acallar las voces disidentes y denunciamos los intentos de censura en nuestro país.
Como comunidad audiovisual sostenemos nuestro compromiso democrático y expresamos nuestra profunda preocupación por el presente y futuro del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, por el sostenimiento de una Industria Audiovisual que genera trabajo genuino y por todos los relatos que están en riesgo de desaparecer.
Foto de portada: Prensa Obrera