11 diciembre 2024

Crónica de una (No) muerte anunciada.

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Por Pablo Charadia.*

Comenzamos este artículo con una pregunta ¿aún existe un núcleo duro con expectativas en el gobierno nacional? entendemos que sí; ¿por qué? creemos que esto se debe a que Javier Milei no impuso un discurso, sino que tomó un discurso y le dio su impronta.

La narrativa de Milei se montó sobre algunos elementos que podemos mencionar: La idea de que atravesamos una crisis económica y política que es producto de una dirigencia que ha estado más ocupada en resolver sus asuntos internos que en la búsqueda de respuestas a las preocupaciones sociales y por otro lado el gasto económico que significa una estructura “exageradamente” grande del Estado que no resuelve prácticamente nada en la vida cotidiana de las personas, o al menos esa sería la sensación. A este último punto se le podría incorporar una cuestión más que refiere al postulado de que muchas áreas del Estado se dedicaban a “ideologizar” aspectos de la vida social enseñando y/o denunciando desde una perspectiva muy asociada a la cancelación.

Milei fue quien evidentemente mejor interpretó y fomento estas cuestiones. Se podría señalar que el presidente se constituyó como la síntesis de la bronca que estas interpretaciones generaban. Esa bronca se hizo política y se impuso en las urnas. Pero Milei no se acaba en esa síntesis de la bronca, pensar que es un fenómeno que comienza y termina allí sería una grave subestimación de un fenómeno que surgió prácticamente de la nada y desafiando todas las lógicas de la política argentina logró pasar por arriba estructuras partidarias que lo llevaron a multiplicar por cinco los votos que logró en su primera elección del 2021. Milei también construyó una narrativa hasta ahora muy efectiva para la implementación de su programa. La cuestión vendría más o menos así: Si todo lo anterior no funcionó (debido a lo que se describió en el primer párrafo de esta nota) a esta crisis solo se lo arranca de raíz, lo que significa que hay que realizar un reseteo, frenar todo a cero y esto se logra con un feroz ajuste económico que implica un sacrificio colectivo. Esta idea sigue estando presente en un núcleo duro que acompaña con confianza este “programa”. Esta narrativa tiene dos características sumamente importantes para la práctica política: Es sencilla (se entiende) y es efectiva.

 

Para una parte importante de la sociedad la tolerancia es todavía grande porque entienden que estamos en el proceso de. Se supone que el ajuste es la posibilidad de un tiempo próspero. Insistimos entonces que el mérito del anarco liberal presidente argentino radica en realidad en la capacidad para interpretar el malestar y la desesperación social articulando un discurso anti político y dejando en evidencia a los supuestos “responsables” de la desgracia colectiva; lo que le ha dado margen para actuar aceleradamente y logran en pocos meses lo que ha otros les tomo años.

 

Ante esto hay quienes nos preguntamos por la durabilidad del programa económico y político de gobiernos de la libertad avanza, entendiendo que desde que ingresó al Balotaje se viene anunciando su caída. Es decir, se ha anunciado la caída de su gobierno en más de una ocasión, se le ha puesto fecha de vencimiento, pero sin embargo el Libertario sigue con su plan de gobierno. Ante esto nos permitimos desarrollar algunas ideas sobre estos primeros 4 meses de gobierno:

 

1- El discurso sigue intacto: Existe una capacidad innegable en Javier Milei. Su narrativa, aquella que interpretando las sensaciones de la sociedad conquistó un núcleo duro y lo llevó a ganar una elección en segunda vuelta, es sostenido y logra hasta el momento convocar e interpelar al menos a su núcleo político. Esto hace que exista aún una expectativa real respecto al futuro inmediato.

 

2- En el centro de la escena: Otro logro indiscutible del gobierno está en su vigencia. Javier Milei ha logrado imponer la discusión pública y marcar la agenda diaria del debate público. Es innegable que aun con algunas dificultades es él quien define las condiciones y el tema a debatir.

 

3- Superó todas las predicciones apocalípticas: Cada fecha de vencimiento que se le colocó al gobierno libertario fue superada.

 

4- Un error repetido: Por su parte el libertario tiene también sus errores no forzados. En artículos anteriores hemos remarcado que Javier Milei comete errores muy similares a los que cometieron Macri y Fernández. Como no tiene logros materiales en su gobierno y no logró mejorarle la vida a ningún argentino/a, ofrece el caramelo de madera de lo simbólico e ideológico. Algo de esto se ve en la exagerada “celebración” de los cierres del Inadi u otros órganos del Estado que fueron centro del debate público en los últimos años. Otro ejemplo en este sentido es el cambio de nombre al ex Centro Cultural Kirchner, un hecho que en términos reales no mejora la realidad material de nadie, pero que es una especie de venganza poética de la batalla cultural que el presidente dice estar ganando. Esto también se vio en su inentendible pelea contra una de las instituciones más prestigiosas del país: las Universidades públicas; que dejo como efecto una multitudinaria e histórica marcha política en defensa de la educación. De todo esto se desprende la siguiente pregunta ¿cuánto tiempo puede estirarse esta estrategia de entregar batallas “simbólicas” y/o ideológicas a cambio de quitar calidad de vida?

 

5- Dos caras de una misma moneda: ¿cuál es la verdadera cara del gobierno?  Por un lado, podemos vislumbrar un gobierno que lleva adelante un ajuste tan fenomenal que de antemano uno pensaría que no es posible realizar, pero que sin embargo se mantiene firme dando la sensación de que el respaldo o el músculo político del gobierno es de una solidez única. Y por otro lado se percibe en el aire una densa sensación de que todo pende de un hilo, una fina línea en la que si el presidente “hace una de más” podrían desatarse consecuencias incontrolables. Algo de esto se vio en el paro y movilización de las universidades nacionales.

6- Un gran resorte para un gran mal: Una última idea que arrojamos aquí es que todo el plan de Milei (con o sin errores) descansa en gran medida en que la actual oposición es la cara de la otrora gestión gubernamental. El rechazo que genera en gran parte de la sociedad la dirigencia política es tan grande que esta vez el mal de mucho es consuelo de zonzos. Algunos analizan que el avance de Milei se encuentra en la falta de acción opositora; disentimos con esto ya que las posibilidades de acción de la actual oposición política son casi nulas en la arena pública. Hay rostros que se asocian inmediatamente a un pasado reciente de gran hostilidad. Javier Milei descansa en la imagen negativa con la que cuenta su oposición y juega inteligentemente con ello en sus intervenciones públicas. Es realmente inteligente, pero al mismo tiempo muy fácil la estrategia de Milei, ya que el discurso de la oposición se anula prácticamente en el mismo momento que se anuncia, y no por el contenido del discurso sino por la falta de legitimidad y autoridad del o los enunciantes frente la sociedad.

 

Una posible conclusión.

 

Insistimos en una cuestión, en cien días de gobierno la finitud del mismo se predijo varias veces y sin embargo cuando los momentos críticos llegaron fueron superados con cierta pasividad social. Esto en nuestra opinión responde a dos cuestiones centrales: Primero que la expectativa (en mayor o menor medida) de mejora aún existe; y segundo que las decepciones sobre este gobierno no están pudiendo ser acumuladas por ningún espacio político ya que la oposición se encuentra aún muy dañada por su última gestión. Los procesos colectivos son imposibles de acelerar. Los pueblos maduran e interpretan con sus propios tiempos, con sus propias ideas y conclusiones. Es tan fina y delgada la línea en la que la tolerancia social se quiebra que puede llegar a ser tan imperceptible como impredecible. Por eso es imposible no pensar que el Gobiernos Mielista juega con fuego. Evidentemente todo reposa en la capacidad de Javier Milei y un núcleo de allegados cada vez más reducidos de interpretar los tiempos políticos y la tolerancia social; y es justamente esto lo que genera tanta incertidumbre.

*Lic. Ciencia Política.

La Yunta

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