Con un compendio de frases abstractas, la AGP informó que se trata de un proceso de colaboración conjunta en el intercambio de información y gestión de la Hidrovía. En concreto, el pacto permite la presencia de militares de Estados Unidos en la ruta fluvial más importante del país, por donde pasan casi todas las exportaciones de Argentina. “El convenio permitirá profundizar el intercambio de información entre ambas gestiones, con el eje puesto en la eficiencia y la concreción de nuevas capacitaciones en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, mantenimiento de la navegación y equilibrio ambiental, así como desarrollo de infraestructura, entre otras áreas”, se enunció en un comunicado.

Dirigentes opositores manifestaron su preocupación por la falta de transparencia y la pérdida de soberanía que implica. El diputado santafesino Eduardo Toniolli remarcó que no se informó la presencia de funcionarios de Cancillería ni de los ministerios de Defensa y Seguridad, siendo Prefectura la responsable de cuidar el Río Paraná y Gendarmería de custodiar las fronteras. “Tampoco se ha presentado una solicitud de autorización ante el Congreso de la Nación para el ingreso de tropas extranjeras a nuestro país, tal como lo establece la Ley 25.880”, añadió.

El argumento que utiliza el Gobierno para justificar el pacto es que el Cuerpo de Ingenieros estadounidenses administra la hidrovía del río Misisipi y que “comparte muchas características” con la ruta argentina. “Son columnas centrales para el comercio internacional, así como para el transporte de las cosechas agroindustriales, y están entre las vías navegables de mayor extensión del planeta”.

Lo cierto es que la Hidrovía es la ruta por la cual sale más del 80 por ciento de los productos exportables argentinos (granos, harinas y aceites, entre otros productos), en un mercado que disputan principalmente empresas norteamericanas como ADM, Bunge, Cargill, Dreyfus y la china COFCO. “Es sabido que Estados Unidos considera la presencia China como una amenaza a su seguridad nacional y a su competitividad global”, indicó Toniolli, quien presentó un proyecto de resolución para que Nicolás Posse brinde detalles del convenio ante el Congreso.

“Es un hecho realmente grave que merece más explicaciones. Es un acuerdo con un país que evidentemente busca incrementar su influencia hemisférica sobre América Latina e involucra a una fuerza armada extranjera. Claramente atenta contra la soberanía nacional en una vía estratégica desde el punto de vista geopolítico y económico”, agregó el exdiputado Guillermo Carmona.

En términos de seguridad internacional, la Hidrovía también es foco de atención por el crecimiento del narcotráfico. “Es la vía principal por donde pasa la droga que llega a Europa“, aseguró el extitular de la Federación Agraria Argentina, Pedro Peretti.

Como antecedentes a la incursión de militares norteamericanos en la Vía Navegable Troncal, se encuentra la histórica oposición de Argentina a la presencia de cualquier país que no forme parte del Acuerdo de Santa Cruz de las Sierras (que incluye a Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay). Tanto en 2019 como en 2022, Paraguay impulsó un convenio similar, que generó el rechazo del gobierno argentino y de los gobernadores del Norte Grande. Sin embargo, en marzo del año pasado, finalmente Paraguay y Estados Unidos avanzaron en la elaboración de un Plan Maestro de Navegabilidad con el apoyo técnico de los ingenieros del norte. “Hoy nos toca reiterar la misma preocupación, pero en este caso por decisiones del gobierno argentino que configuran a todas luces un alineamiento decidido en el marco de la disputa comercial y geopolítica entre dos potencias”, concluyó Tonioli.

En medio de la avanzada norteamericana, aún no está definido qué pasará con la administración de la Hidrovía. En Casa Rosada sostienen que se trabaja en la licitación, aunque por el momento no hay una fecha en el horizonte. La gran preocupación del Norte, obviamente, es que no caiga en manos chinas.

Fuente: Pagina 12