22 octubre 2024

Los feminismos en la era de la motosierra

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Natalia del Barco. 

De la redacción de La yuna.coop.ar : Trabajadora de comunicación. Militante del PC.

En su discurso en Davos Javier Milei dejó en claro que sus enemigos son el comunismo y los feminismos y bajo ese paraguas metió a diversas corrientes de pensamiento político. Del centro hacia la izquierda todo es comunismo y feminismo…y no es casual.

El presidente repite desde el 10 de diciembre pasado sin cesar que es necesario sufrir un brutal ajuste para luego, como el ave fénix, resurgir (los argentinos de bien). Durante la campaña se cansó de señalar a la “casta” como la responsable de pagar ese ajuste, pero al momento que las papas quemaron fue corriendo a refugiarse y rodearse de casta para triunfar en el ballotage y desde ahí la historia es otra (aunque también es la misma de siempre). En apenas dos meses de gestión el ajuste fue tan brutal que crecieron los índices de pobreza e indigencia; y es que parece ser que al final la casta éramos los y las trabajadoras. Y la historia vuelve a repetirse, nuevamente crece a la par la feminización de la pobreza ya que en Argentina alrededor del 64% de las personas de menores ingresos somos mujeres y cuerpos feminizados. En un país gobernado por el odio al otro, otra, otre, en el que dirigentes (ex presidentes) ponen nombres despectivos a una porción de la población y hablan de orcos y gente de bien, nuevamente las mujeres y las diferentes identidades de géneros son doblemente vulneradas porque si no está el Estado como garante de derechos, ¿quién los garantiza?

La motosierra pasó rápidamente y recortó, con la excusa de alcanzar el déficit cero y equilibrio fiscal, muchas estructuras necesarias dentro del Estado. Las mujeres y diversidades nos quedamos sin Ministerio de Géneros; pero también los y las trabajadoras del sector turístico, de la educación, de la cultura, los y las trabajadoras en general se quedaron sin Ministerio. En total se recortaron 9 (Géneros, Turismo y Deporte, Desarrollo Social, Ciencia y Tecnología, Trabajo, Transporte, Cultura, Ambiente y Educación) y fue todo humo porque ese recorte significó en términos económicos sólo el 0,00142% del PBI, pero en términos políticos mucho más. 

Que un ministerio deje de existir significa menos presupuesto y menos regulación en áreas específicas que tienen que ver con la vida de las personas. Si nos remitimos al Ministerio de Géneros su no existencia deja sin acompañamiento a las víctimas de violencias por motivos de géneros. Según un informe presentado por la ex Ministra Gómez Alcorta – se puede ver un resumen en sus redes oficiales, en Instagram @eligomezalcorta – el Programa Acompañar brindó apoyo psicosocial y económico a más de 352.000 personas. Además se vacían herramientas como la línea 144 de atención a las víctimas de violencias por motivos de géneros, que según el informe atendió un promedio de 343 llamadas por día durante el año pasado. 

También el Ministerio promovió durante los años que estuvo en funciones las capacitaciones para todo el personal del Estado y funcionarios con la Ley Micaela. La ley no ha transformado totalmente las bases sociales respecto a las cuestiones de violencias de géneros, pero es fundamental su aporte para el abordaje integral de los casos. Sin ella los casos como los de Berenice Golzalvez se repetirían hasta el hartazgo; y es que el poder real y la trama machista siempre ponen el acento en la víctima (y sus hábitos de consumos, de parejas sexuales, etc). Hoy tenemos que lamentar una muerta más y pelear con el poder judicial y policial entrerriano para que reconozca que fue femicidio.

Pero, volviendo sobre los recortes en la estructura del Estado Nacional, otro de los Ministerios que dejó de existir es el de Salud y esto también repercute en la vida de las personas, sobre todo en la de los sectores populares, y por supuesto profundiza la feminización de la pobreza. Menor presupuesto y libre mercado impactan directamente en los y las usuarias de centros de salud públicos y hospitales. Hablamos de suspensión de tratamientos de hormonización (un derecho para las personas trans), de falta de insumos para garantizar la IVE que además se ve profundamente en riesgo al resurgir discursos antiderechos y biologicistas; también hablamos de insumos que dejarán de llegar y de programas que se recortan.

Y en este panorama las organizaciones del campo popular nos encontramos preparando el Paro nacional del 8M. Al igual que en 2016, cuando los feminismos salimos a la calle y realizamos el primer paro general al ajuste del por entonces presidente Mauricio Macri, nuevamente nos organizamos como marea porque el hambre es urgencia; las muertas por violencias evitables son urgencia, poner en debate las consecuencias de la dolarización en países como el nuestro que se convierten en paraísos para el narcotráfico y el lavado de dinero es urgente. Los aumentos en el transporte son una urgencia. Que se garanticen los derechos sociales, civiles y políticos es una urgencia.

La Yunta

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