25 enero 2025

Entrevista a Jorge “Kinoto” Vazquez

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Secretario General de la CTA de los trabajadores- Paraná

La CTA realizo un plenario junto con otras centrales de trabajadores. ¿A que síntesis se ha llegado? En términos de defensa de derechos y en términos políticos.

Efectivamente, nuestra central, la CTA de los trabajadores, conjuntamente con la CTA autónoma, la UTEP, el movimiento Pymes, las cooperativas y los organismos de DDHH, realizaron un plenario en respaldo al paro nacional anunciado por la CGT para el próximo 24 de enero. Esto surgió en consecuencia de la urgencia de poder generar un marco de articulación que en primer lugar se encuentre enfocado en el objetivo de lograr que el DNU y la Ley Ómnibus no sean aprobadas por el Congreso de la Nación. Este tipo de encuentros significan un eslabón más en la construcción de la unidad que refleje y exprese con acciones concretas, la realidad que atraviesan las bases, los trabajadores formales e informales, los movimientos sociales, los pequeños comerciantes. Y que esta expresión se haga extensible a todo el pueblo argentino. Porque lo que aquí hay que entender, es que las políticas de Milei y Macri significan un abismal retroceso político, económico y social, un agravio a la institucionalidad del país. Son millones de argentinos sobre los que este gobierno pretende cargar un brutal ajuste, fundado en la entrega, el hambre, el desmantelamiento del estado, la destrucción del aparato productivo, y la represión estatal como garante de una feroz transferencia de recursos que favorece a los grupos de poder, esos que amasan las grandes riquezas mientras el pueblo mira su heladera vacía.

¿Qué conjetura haces sobre los resultados del balotaje realizado el 19 de noviembre de 2023?, ¿Se termina un ciclo y comienza otro absolutamente equidistante? ¿A contrapunto de lo que ha sido históricamente el régimen democrático luego de la última dictadura militar?

Lo ocurrido en el balotaje, fue un cóctel donde influyeron varios ingredientes. El principal fue el desempeño de un gobierno que no pudo salir del abismo en el que nos dejó Mauricio Macri. Ni la pandemia, ni la sequía pudieron ser justificativos de índices sociales devastadores, que gestaron el hartazgo generalizado por parte de un sector importante de la sociedad que expresó su frustración en las urnas, con un Alberto Fernández que terminó siendo una silueta desdibujada que deambuló en sus propios laberintos. Pero para no ser injustos en cargar las culpas sobre una sola persona, también hay que mencionar que nuestro movimiento, en cierta forma subestimó el poder de fuego de una derecha oligárquica que siempre se mantiene agazapada. En este sentido, quiero mencionar que desdé hace mucho tiempo algunos compañeros y compañeras, entre los que me incluyo, veníamos planteando la necesidad de promover la profundización de un debate interno, un sinceramiento en el análisis de coyuntura, aunque este suene incómodo para los dueños de las lapiceras.

Esa fue una demanda constante, basada en la necesidad de encontrar canales de diálogo que nos permitieran consensuar y discutir desde adentro cuál era el proyecto político, cuál era el modelo, por donde se tenía que transitar para achicar distancias con esos miles de hombres y mujeres de a pie que nos habían dado su respaldo pero que de a poco consideraron que nos habíamos alejado de sus cosas, que estábamos hablando con una tonada que no se parecía a la del peronismo que conocieron por medio de sus padres y sus abuelos.

Sin dudas que este contexto sumado a que estratégicamente cargábamos con la candidatura de quien era ministro de economía de una inflación desmesurada, fogueada por sectores de la especulación, la derrota electoral terminó por encontrar anclaje en la fidelidad de una base electoral que se ha mantenido ferviente a cualquier expresión política que pregone el espíritu reaccionario sumando los votos de la mano dura prometida por Patricia Bullrich, y la “pseudorevolución” agitada por un emergente mediático, que irrumpió prometiendo la destrucción de los privilegios de una casta arraigada en la política, este fue el andamiaje perfecto para coronar una nueva estafa electoral que posibilitó el regreso de un neoliberalismo sin gradualismos, en estado salvaje, provocador, negacionista, violento por naturaleza y por necesidad, la necesidad de la intimidación como blindaje de políticas económicas devastadoras.

¿Qué podrías señalar como causas y determinantes, del nuevo proceso que se inaugura?

Recuerdo haber visto una nota televisiva en la que el periodista Jacobo Timermam, entre otros, entrevistaba a Juan Domingo Perón, en septiembre de 1973, allí, él general decía que la Argentina era un país politizado pero sin cultura política, bueno, eso es un poco de lo que nos está pasando en la actualidad, con una dirigencia política que no ha sabido construir un trasvasamiento generacional, no de un partido político, sino más bien de la nación, fundada en una convocatoria a jóvenes que más allá de la diversidad de pensamiento, sean capaces de construir el destino común de la patria, quizás por esa imposibilidad es que esa misma juventud a la que no le dimos su lugar, terminó encontrando referenciación en la falsa rebeldía de un proyecto de laboratorio como el que encarno Javier Milei.

Por otro lado, y en relación a lo que también decía Perón, tenemos que aceptar la existencia de un pueblo insatisfecho, frustrado, que se siente guacho de identidad política, y que desconfía de sus propios dirigentes.

Tampoco hay que desconocer la influencia generada por un convulsionado clima de época global, evidencia de esto esto es la configuración política regional, con gobiernos neoliberales caracterizados por un marcado componente ultra derechista, lo de Bolsonaro en Brasil, fue el mascaron de proa de este escenario, pero en cierta forma considero que este nuevo proceso que se inaugura en Argentina, es también cíclico, una condena al fracaso, lo que nos obliga a replantearnos el futuro inmediato con mucha lucidez.

Sin dudas que más allá de todo lo negativo que arroje esta etapa, servirá como enseñanza para valorar al sistema democrático subestimado.

¿Qué expectativas se tiene desde la CTA Paraná, de cara al paro resuelto por CGT para el 24 de Enero?

Las expectativas están puestas en poder expresar democráticamente una posición en defensa de los intereses de la patria, alentando a la unidad de los trabajadores.

Para esto es sumamente importante poder hablar con claridad frente al hombre y la mujer de a pie, eso sin ser casta privilegiada, son nuevamente el blanco de un criminal modelo de saqueo y empobrecimiento sistemático.

¿Qué tipo de condiciones deberían darse para consolidar la unidad del campo sindical y político?

En este sentido la cosa no es tan compleja, no hay muchas variables, o se está con el pueblo, o se está con los que quieren rematar la argentina y compran voluntades para hacerlo.

La primera prueba va a estar dada cuando tengan que sesionar por el DNU y la Ley Ómnibus, ahí vamos a ver cuál es el grado de integridad moral y la lealtad existente con los intereses de cada provincia por parte de los legisladores de todos los partidos, en especial de los que votamos nosotros.

En cuanto a lo sindical, las condiciones las puso el propio gobierno nacional, aquí hay que dejar de lado los matices y priorizar la defensa del pueblo trabajador. A veces escucho algunos periodistas decir que les llama la atención que el movimiento obrero haga anuncio de medidas de fuerza y que no le dan tiempo al Presidente, en vez de preguntarse porque Milei no le da tiempo a los trabajadores y a la Constitución Nacional, para que todo proyecto de ley sea tratado mediante los mecanismos institucionales de la democracia.

Toda acción sindical, es consecuencia inmediata de la falta de gradualismo que muy livianamente anunció el señor de la motosierra.

A tu entender: ¿Que es el antiperonismo y cómo funciona?

Como primera medida hay que saber que representa el peronismo en términos históricos para intentar comprender porque existe el antiperonismo gorila.

El antiperonismo es una reacción política irracional, capaz de bombardear una plaza con civiles, fusilar, alentar un genocidio o festejar un intento de magnicidio. Consciente o inconscientemente el antiperonismo en su concepción destructiva, reconoce al peronismo como una categoría política superior, capaz de construir desde abajo, vinculándolo directamente a la “maldita” justicia social generadora de igualdad, con todo lo que eso implica para las más altas esferas sociales.

Para quienes expresan el antiperonismo desde sectores de la oligarquía tradicional, esta es una causa que se mantiene viva en base al desprecio por los que menos tienen, odian porque ven en este movimiento político llamado peronismo, un factor de ascenso social que irrumpió con insolencia en la historia, discutiendo el ingreso, la dignidad del hombre y la mujer de una patria hasta entonces olvidada, amenazando los privilegios de quienes se creen los dueños de la argentina.

Por otro lado, considero que entre los nuevos antiperonistas, hay hombres y mujeres de clase media baja, vecinos, vecinas del barrio, compañeros de trabajo, los que creen que la culpa de los problemas del país erradican en las conquistas y derechos que le han sido otorgado a sus propios pares, obviando lógicamente ser beneficiarios de muchos de estos derechos, en definitiva ciudadanos envenenados por el odio emanado desde los grandes medios de comunicación de la oligarquía, personas desclasadas, con la autoestima muy baja, quienes terminan siendo autodestructivos en su afán por sentirse superiores a sus propios hermanos.

A lo largo de la historia, los sectores que representan los intereses antinacionales, han firmado el certificado de defunción del Peronismo, ¿Que pansas al respecto?

Es lógico que estos sectores quieran firmar el certificado de defunción del Peronismo, así como el neoliberalismo en su esencia apunta a decretar la muerte de las ideologías, todos aquellos sectores que pretendan transformar nuestra nación en una colonia, encontrarán en el peronismo y sus anticuerpos, una oposición política, gremial y popular inquebrantable frente a tan inconfesables pretensiones.

Durante la década del ’90, el justicialismo fue subordinado a los intereses de la anti patria, esto solo pudo suceder porque la traición se gestó desde las propias entrañas del movimiento.

Recuerdo que alguna vez, el gorila Isaac Rojas, aquel Almirante genocida golpista, protagonista central de la revolución Libertadora del año 1955, se abrazó con entonces Presidente Carlos Menem, una ceremonia enmarcada en la supuesta reconciliación nacional con la que se justificaban leyes de impunidad. Cuando un periodista se le acercó preguntándole que había cambiado en su concepción antiperonista para abrazarse con un hombre del Peronismo. Rojas contestó que él no se había abrazado con ningún Peronista, y que de hecho nunca lo haría. Pero lo que si había sucedido fue el abrazo con Carlos Menem. Traigo a colación esto, porque la considero una radiografía exacta de los lugares por dónde transcurre la historia y por qué senderos marchan

La Yunta

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